I'm not as brilliant as you
Los caminos para llegar a ser director de cine son increíblemente variados, pero muchos de ellos empiezan en el mismo punto: lo más lejos posible de los actores.
Existe una clase de directores eminentemente visuales que narran con el montaje. Son una estirpe que va desde Hitchcock hasta, yo qué sé... David Fincher; gente que antes de empezar a rodar ya tiene toda la película en la cabeza. En realidad son animadores de imagen real y, cuando saben lo que se hacen, sus obras producen la misma fascinación que una buena película de Pixar. Cada plano, cada gesto, cada giro está perfectamente colocado y modulado.
A esta gente les molesta la mecánica del rodaje, les fastidia tener que salir ahí fuera y hacer un esfuerzo brutal para recopilar los elementos necesarios para componer lo que visualizan perfectamente en su mente.
Sobre todo les asusta lidiar con el factor más imprevisible de cualquier rodaje: los actores. Lejos de buscar el "feliz accidente", tratan de lograr una sensación de control planeándolo todo de antemano: cada movimiento, cada gesto, incluso la inflexión de cada frase.
Los ejemplos son numerosos: Ana Torrent se quejaba de que Amenábar le recitaba la línea para que luego ella imitara la entonación. Quejas parecidas llegan de actores que han trabajado con Almodóvar, hasta el punto de que casi se puede distinguir una película suya desde un audio al azar.
Existe un vídeo muy divertido de los diarios de producción de King Kong en el que Peter Jackson va CON UN MONITOR a Naomi Watts y le pone LA ANIMÁTICA 3D DEL PLANO. Naomi Watts lo observa perpleja. Una vez termina, se produce una incómoda pausa.
"Quiero que lo hagas así" dice Jackson. Naomi, socarrona, replica algo como "¿Sí? ¿Exactamente así?". Jackson balbucea algo y se da el piro farfullando "¡Esto es el futuro! ¡Esto es el futuro!".
En todo caso, aunque queda demostrado que es posible hacer carrera usando a los actores como si fueran muñecos de plastilina, lo ideal es que el director haga un serio esfuerzo para aprender a trabajar con ellos.
Aunque a veces es difícil. Ahí va un ejemplo: David O. Rusell ensayando con Lily Tomlin en el set de "I Heart Huckabees".