Tocar los cojones es humano
Que conste que lo entiendo perfectamente.
Puedo ponerme sin problemas en la piel de ese esforzado redactor que está terminando de armar el número de AGOSTO de la revista CAMERAMAN.
Una nota de prensa le llama la atención y, al maquetar, decide que quiere dejar su impronta, manchar levemente la transcripción casi literal del texto promocional con un pequeño borrón de fina sorna, casi inapreciable.
No es tarea fácil, porque el tipo de texto no se presta.
Pero claro, siempre están los pies de foto...