Periodistas hijos de puta

"Una vecina de Alicante, conocida por acumular multas por alimentar a las palomas, acudió el lunes a un hospital porque temía haberse contagiado del virus de la gripe aviar después de haber hecho el 'boca a boca' a una paloma enferma que había encontrado en la calle. Los médicos le hicieron las pruebas y concluyeron que sufría una gripe «normal y corriente»."



"Una vecina de Alicante acudió al hospital de San Juan ante el temor de haber sido contagiada de gripe aviar tras haber practicado el «boca a boca» a una paloma hallada enferma en la calle. El concejal de Sanidad de Alicante relató ayer este caso y dijo que los médicos han descartado contagio a la mujer, de avanzada edad. La mujer hizo, «en su afán de proteger a los animales», el «boca a pico» a una paloma. El concejal explicó que ya sufría «un proceso gripal» y explicó que, al conocer su forma de reanimar la paloma, varios «amigos» la convencieron para ir al hospital."



"La gripe aviar está teniendo en España un efecto similar al de los falsos avisos de virus en Internet: es más peligroso el mensaje de alerta que el virus del que habla, porque es falso. Al menos eso es lo que se deduce del caso conocido en Alicante en estos días: una mujer fue al médico por si había contraído la gripe aviar tras hacer un boca a boca a una paloma callejera. O mejor dicho, un boca a pico.
Tras contar el suceso, la noticia terminaba aliviando a la población: la gripe de la señora era normal y ya la llevaba puesta antes del morreo columbino. O sea, que el bicho la finó por sus propios males y quizás por los gérmenes humanos.
Lo peor es que la noticia tranquiliza a algunos, pero espanta a otros, pues la pregunta es inevitable: ¿qué hace una señora haciendo un boca a pico a un animalejo inmundo? Admito que mi pasión por las palomas es directamente proporcional al que ellas tienen por mi terraza pero no consigo reponerme e insisto: que levante la mano quien haya hecho un boca a pico a cualesquiera ratas voladoras... Yo sé que alguna de ellas me mira con cara de pollo degollado cuando hace frío pero por mucho que me hagan “ojitos” yo las dejo helarse y, aun a costa de ganarme las iras de los ecologistas, he de decir que me alegro cuando ocurre. Ante este amor a primer plumazo, se comprenderá por qué no logro asimilar que una señora se dé el pico con un bicho... Y me pregunto si la señora aprovechó su visita al médico para pasar por la unidad de psiquiatría. Para saludar, nomás.
Los “amantes de las palomas valencianas” contamos las horas que faltan para que el mismo Ayuntamiento que ha dejado proliferar la población de estos “caganers alados” decida encerrarlos por el peligro de la gripe aviar. Sin embargo, es el momento de recordarles a los munícipes que el peligro no es solo la gripe sino el propio crecimiento descontrolado de las palomas en la ciudad, sobre todo, cuando las arcas municipales se encargan de proteger los edificios históricos de los ácidos de sus deposiciones pero no ayudan a los ciudadanos a protegerse ellos y sus viviendas del mismo mal ni proporcionan sistemas para impedir que aniden en sus casas."